lunes, 7 de noviembre de 2011

SER MADRE!!!

LA MADRE MÁS MALA DEL MUNDO


Yo tuve la mamá más mala del mundo. Mientras los otros niños no tenían que desayunar, yo tenía que comer huevos y pan tostado; cuando los demás tomaban gaseosas y dulces para el almuerzo, yo tenía que tomarme la sopa, la carne y el zumo. Mi madre insistía en saber dónde estábamos. Parecía que vivíamos encarcelados. Tenía que saber quiénes eran nuestros amigos y lo que estábamos haciendo; insistía en que, si decíamos que íbamos a tardar una hora, tardaríamos una hora. Me da vergüenza admitirlo pero hasta tuvo el descaro de romper la ley contra el trabajo de niñños menores. Hizo que laváramos platos, tendiéramos camas, aprendiéramos a cocinar y muchas cosas igualmente crueles. Creo que se quedaba despierta en la noche pensando en las cosas que podría obligarnos a hacer. Siempre insistía en que dijéramos la verdad: "Nada más que la verdad". Pero, cuando llegamos a la adolescencia ya fue más sabia, y nuestras vidas se hicieron aún más miserables: nadie podía tocar el claxon o llamarnos a gritos para que saliéramos corriendo. Nos avergonzaba hasta el extremo, obligando a nuestros amigos a llegar a la puerta y pregutar por nosotros. Mi madre fue un completo fracaso: ninguno de nosotros ha sido arrestado. Cada uno de mis hermanos ha servido en una misión de guerra con nuestro ejército y ha servido a su patria. ¿Y a quién debemos culpar de nuestro terrible futuro? Tiene razón, a nuestra mala madre. Vean todo lo que nos hemos perdido: nunca hemos podido participar en ninguna demostración de actos violentos, terroristas, ni pertenecer a la guerrila, y miles de cosas más que hicieron nuestros amigos. Ello nos hizo adultos educados y honestos. Usando ésto como marco, estoy tratando de educar a mis hijos de la misma manera. Estoy lleno de orgullo cuando mis hijos me dicen que soy malo. Y, verán...doy gracias a Dios por haberme dado a la madre más mala del mundo.

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